30 ago 2019

MECÁNICA CIRCULATORIA.


El árbol circulatorio que posee nuestro cuerpo está diseñado en forma de grandes circuitos capaces de soportar grandes cargas de presiones sobre sus paredes. Para poseer esta propiedad de adaptarse a los requerimientos metabólicos de los tejidos debe responder constantemente a nuevos estímulos que viajan a través del sistema nervioso autónomo. la actividad simpática se traduce en nuestro organismo por una vasoconstricción de los grandes y medianos vasos, leve a nivel de los capilares periféricos que se encuentran a nivel de la piel. (Barrios, 2018)

Características físicas de los vasos sanguíneos.
El vaso sanguíneo en su forma es un cilindro que tiene como orientaciones espaciales físicas una longitud (l), un espesor (h) y el radio de la luz vascular interior (r). Al ordenar esta variable nos daremos cuentas de cómo es un tubo conductor de fluidos, está sometido a presiones internas que tienden a deformarlos. La integridad de sus componentes, juntos a la interrelación física-matemática expresada en la fórmula es la que garantizan físicamente su integridad a través de la presencia de un diagrama de fuerza que produce una estabilidad anatómica. (Barrios, 2018)
Sístole

La contracción de las aurículas hace pasar la sangre a los ventrículos a través de las válvulas auriculo-ventriculares. Mediante la sístole ventricular aumenta la presión interventricular lo que causa la coaptación de las válvulas auriculo-ventriculares e impiden que la sangre se devuelva a las aurículas y que, por lo tanto, salga por las arterias, ya sea a los pulmones o al resto del cuerpo. (Barrios, 2018)


                                                                                                                            
Diástole

La diástole es el período en el que el corazón se relaja después de una contracción, llamado período de sístole, en preparación para el llenado con sangre circulatoria. En la diástole ventricular los ventrículos se relajan, y en la diástole auricular las aurículas están relajadas. Juntas se las conoce como la diástole cardíaca y constituyen, aproximadamente, la mitad de la duración del ciclo cardíaco, es decir, unos 0,5 segundos  (Biofisica, 2016)


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